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miércoles, 16 de febrero de 2011

Aprendiendo de la vida. Juan Carlos Salazar

Cada segundo que vivimos, esta acompañado de miles de situaciones que despiertan los sentidos, podemos reír o llorar, compartir o estar solos; podemos establecer los limites de los deseos o los sueños.

Cada segundo en que vivimos encontramos que muchos que están a nuestro lado pueden llenarnos de sabiduría, de ellos aprender humildad, pero también podemos volvernos vanos y egoístas.

Cada segundo suma una infinita parte de minutos que conllevan a llamar años, cuando nos preguntamos eso, nos damos cuenta que hemos hecho demasiado, que el pensamiento ha avanzado y que hemos podido encontrar un sentido a la vida.

Ser clown es un placer, es un diluir el universo racional en algo mágico, es transformar las palabras en acciones hermosas y fantasiosas, es establecer un no limite entre lo que veo desde el corazón con lo que escucha del corazón del otro.

Ser clown es una construcción de palabras y actos que implican un movimiento en la mente de los demás, en poder satisfacer desde la alegría, el mundo mágico de los sueños en los demás. El clown respeta el amor como un limite entre lo que damos y recibimos. El clown es una estrella que ilumina la mente de los demás, y llena de sentido la vida.

Ser clown significa un momento sutil de felicidad en los corazones, en la razón, en los espacios, en la locura y en la sensación de existir.

Ser clown es establecer que podemos pensar sin necesidad de mentir, sonar sin necesidad de engañar, llorar sin necesidad de reprimir, correr sin necesidad de ser detenido, ser grande o pequeño sin necesidad de ser un esquema social.

Ser clown es dimensionar la vida desde lo espiritual, lo biológico, lo psicológico y lo social, para establecer una relación entre muchos y así, sonreirle a la vida.

Eso es lo que he encontrado en ser Clown, un espacio en mi interior para alegrar la vida de los demás, en sentir que lo mas sublime puede ser lo más grande, lo más pequeño puede ser el puente entre lo que soy y vivo.

Cuando pienso en el clown estoy pensando en la niñez, en las etapas de la adolescencia, en la maravilla de ser adulto y en la imagen de adulto mayor que va a evocar las maravillas de la vida que han transcurrido caminos con los demás.

Ser Clown ha permitido que el mundo sea tan pequeño como la cabeza de un alfiler, pero tan grande como el puente más largo del planeta tierra. Pero lo más maravilloso, es que soy Clown porque mi corazón y mi mente lo han pedido.

no hago reír pero tampoco hago llorar, solo río por gusto y porque me nace, hago llorar a veces pero cuando cuestiono con el acto un acto de amor. Viva el clown en toda su dimensión, y gracias a todos aquellos que son Clown desde el corazón, gracias porque permiten construir un puente entre la imaginación y la ensoñación. gracias porque permiten a través de un diminuto objeto, llamado nariz roja, abrir la dimensión del ser en su alegría.

por último, he encontrado que un clown se modifica con los años, para bien, espero que este clown sea un gran adulto mayor antes de morir.


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