Buscar este blog

domingo, 27 de marzo de 2011

ENCONTRANDO UN CAMINO. ANDREA CEBALLOS TAMAYO


ENCONTRANDO UN CAMINO Andrea Ceballos Tamayo Integrante Titiriclaun ¡Nunca imagine encontrar en una nariz sentimientos y emociones tan reconfortantes…! Llevando una vida tan normal y cotidiana como la de cualquiera, pasaba mi tiempo entre clases y amigos, vacaciones y familia. El tiempo invertido en la universidad, da frutos en la formación como profesional y las relaciones con la familia y amigos, se ven reflejadas en la personalidad, a partir de estos dos factores, te formas y muestras como persona; pero a mí me faltaba algo, sentía que no era suficiente, y fue en ese momento en el que conocí un mágico grupo que por medio de alegría y bondad se da a los demás de la manera más desinteresada. Ver como una persona afligida, con toda la amabilidad del caso permite que un visitante desconocido le acompañe un rato en su dolor, es alentador; pero es emocionante ver como esta misma persona se despide alegremente de su visitante y realmente espera volverlo a ver. Esta es la imagen que guardo en el baúl de los recuerdos como uno de los tesoros más valiosos, ya que me permitió descubrir lo que me hacía falta… Dar un poco más de mi… no solo a mi familia y amigos, sino también a extraños que en algún momento se convertirán en compañeros del camino. Y a ese grupo de amigos con nariz: MUCHAS GRACIAS POR PERMITIRME DISFRUTAR DE SU COMPAÑÍA Y ENSEÑANZAS. Les deseo de todo corazón las mejores cosas del mundo ¿saben qué? Se lo merecen…

viernes, 25 de marzo de 2011

MUJER...


MUJER

Juan Carlos Salazar Jiménez.

“No se quien las inventó, no se quien nos hizo ese favor, tuvo que ser Dios...”

Ricardo Arjona


Hay que comenzar diciendo que hablar de la mujer, es referirse a un sin número de aconteceres que encierran respuestas de amor, esperanza, alegría, ternura, sensaciones, interrogantes, placeres, deseos. Pero aún falta un punto más álgido y majestuoso, el saber que da vida; que enaltece el espíritu y siembra en los rincones de la sociedad cápsulas de sabiduría y orientación.

Tantos han hablado, tantos discursos se han dicho, tanto amor se ha engendrado y aún hoy, no hay acuerdo en el discurso que diga que es la mujer. Desde Borges hasta Arjona, desde Botero hasta Vallejo, desde Neruda hasta Picasso, desde mi abuelo hasta mi padre, desde el señor de la tienda hasta Paco de lucía, desde el conductor de un bus urbano hasta Ghandí, desde el portero del edificio hasta el médico. En fin, el hombre – incluyéndome a mí – tiene un discurso propio y anecdótico de su experiencia con la mujer, y éste, puede ser trascendente, bello, tosco, sutil, macabro o ignorante. Pero es un decir de la mujer vista desde el lenguaje del hombre.

De literatura estamos llenos, de canciones, de joyas, de palabras tiernas y dulces, de ansiedades intensas o de acomodaciones a las necesidades. Ahí vamos los hombres, intentando definir el concepto de mujer, ajeno a los prejuicios personales, sociales o dantescos. E intentando construir una visión de ella, desde el lenguaje del amor. Por que esa es la forma más sutil para hablar de ella. La mujer es el lenguaje del amor, que ha puesto Dios en éste planeta para ser el equilibrio de la vida, de la balanza de la sociedad, de la fuerza de las emociones, del sentir; mejor aún, del vivir.

Pienso hoy, de un texto que leí no hace mucho, una sociedad solo de un tipo de personas, o hombres o mujeres. No existiendo el otro. Negando la presencia del Otro como un apoyo de la vida, como un construir de sueños, como un sentir de deseos, como un poder estar en la sociedad o vivir en éste mundo. Quizás el escritor, querría decir, que tanta falta nos hacemos los unos a los otros, que tantos discursos anecdóticos o circunstanciales referimos para el decir de ese otro que necesitamos. O tal vez, querría dar a entender que es tanta la dureza que existe en el mundo humano, que la brecha discursiva entre el hombre y la mujer solo se ha centrado en el poder, y se ha olvidado ese lenguaje bello y dulce, el diálogo, la palabra, el encantamiento.

No sé, pero las presentes, dirán muchas cosas de nosotros los hombres, hoy aquí, en cabeza mía – sé que nadie me ha asignado, lo hecho yo mismo - como representante de un clan – si puede decirse así – que desde niño trae un legado, construir una vida acompañado de una persona que le comprenda, entienda, cobije y de alguna manera, le ayude a entender la vida. Y creo firmemente que ese apoyo solo lo da la mujer, pues las palabras son: una mujer es más que la materialidad supuesta ante los ojos, es la flor que nace del jardín de la vida, la estrella que se mira en el día, la luz que centella ante la melancolía de la noche, el jolgorio de la existencia y el devenir de la complacencia.

Y aún mis familiares hombres me han legado que a una mujer hay que quererla y amarla intensamente, sin hacerle daño, ni siquiera tocarla con el pétalo de una rosa si ella no lo permite, de quererla y respetarla, solo por que ella, es la flor más grande del jardín de Dios. Y pienso si es que me estoy engolosinando con el tema, solo, vienen las sensaciones de amor intenso que salen de un ser, que cree, que la mujer es el centro de un universo andante llamado hombre.

Pero aún me pregunto que es la mujer. Y tendré que hablar por mi mismo, si algún otro hombre se atreve, que lo haga o lo demuestre con su accionar día a día.

De dónde vengo. De una mujer, de una calurosa y tierna persona que permitió en sus entrañas, creciera. Y de un padre que ayudó a mi creación. Pero dejemos el tema del hombre para otro sitio, ahora es la mujer que es el centro de mi discurso. El centro de mi pasión. Mi madre es mujer, y no sé si como ella habrá muchas, creo que sí, las he visto caminar, por ahí correr, trabajar apasionadamente y contribuir al mejoramiento del mundo en que vivo. Y que tanto amor habrá, para permitir que su cuerpo tome otra forma, otro aspecto, para guardar en sus entrañas un cucullito de amor para la vida. Pero también las hay que por algún motivo, no pueden engendrar un ser, o que por decisión propia no desean parir, pero siguen siendo mujeres que dan a la vida ideas, palabras, tesura y fuerza para guiar a muchos, eso también es ser mamá. Afortunadas pues las mujeres por que generan vida de alguna u otra manera, y nos enseñan cada día a crecer.

Y en ese crecer, hay paciencia, jubilo, autoridad, disciplina y un querer inmenso. No importa el hijo o el chico del lado, el propio o el del vecino, el del conocido o del desconocido, el hombre enfermo o el curado, el que camina por ahí o el que le hace atenciones, mujer es madre dadora de vida para la vida misma. Y aún más, déjenmelo decir, para nosotros los del lado masculino.

También he pensado, que el gestar es el lenguaje de la vida, no solo el parir. Gestar ideas, gestar sistemas de amor, gestar paciencia, gestar laboriosidad, gesta humildad, gestar cordura o incentivos de amor, gestar, gestar, ese el lema, la mujer gesta vida para todos aquellos que estan a su lado, para aquellos que las entienden y permiten crecer a la par, para aquellos que creen firmemente que un poema describe la figura o la estructura o la vida interna de una mujer.

Cuántas veces, el hombre ha pensado que tanto puede decir, que tanto puede criticar, que tanto puede denigrar o utilizar a una mujer. No me disculpo por los otros, si no por mi mismo. Mi lenguaje de adolescente era utilitario, avivado y conmocionado por palabras de otros machos. Veía en la femina un sistema objetal o un atreverse hacia la materialidad, pues creo, también hay error en ellas, que patrocinan en nosotros la necesidad de utilizarlas y gozarlas sin protestar. Pero en fin, esa es la vida, y en la manera que uno se confronta con el mundo, encuentra que tantos mitos, creencias o decires, hacen que se actúe en la vida. A ratos siento que es un juego entre unos y otros, solo por poder, no por querer.

Hoy he aprendido que en aquella época, la dulzura se puede perder a conciencia propia, la creencia en el amor puede convertirse en un juego, el sentir del otro tenderá a confundirse y podrá caerse en un apocalipsis de ideas que desvirtúan la vida. Y que a veces – no hablo de todas - la mujer se sume en una necesidad que no es de ella, que es ajena, que es de la sociedad de consumo que se le impregna en los poros y la lleva a formar un ideal fantasioso o mentiroso de amor. La mujer se presta a un juego, a una necesidad de tener y poseer. Y que para algunas, continúa en la edad adulta, así no lo quieran creer.

Que temen ustedes, que las amemos, las dañemos o las corrompamos. Puede ser, a ratos somos los hombres así, un conglomerado de ideales que buscamos solo minimizar la vida, opacar a la mujer. Pero me adhiero a los creyentes en el amor, en la danza de la vida, en el glorioso encuentro con unos ojos femeninos, en el sentir unas manos tocando las mías, en el rostro del amor caminando por ahí, en el restablecimiento de lo romántico del día o de la noche. En la suave cadencia de la dulzura y preciosura de la mujer.

No sé por que hay algunos que creen en la fealdad, si ella no existe. Es simplemente un cuadro pintado por otros para hacernos creer que existe. Para quien hay mujeres feas, para unos cuantos, por que o si no, por que el hombre siempre termina buscando alguien quien le ame, y es ella, la mujer en su esplendor de brazos abiertos que dice: “aquí estoy, bienvenido amor”. Además, también hay unos que refieren de ella, un pecado o un mal necesario. Pobres de ellos por que su espíritu esta guardado en una caja de cartón en lo profundo del corazón. No han probado nunca que es el amor de una femina, que es la entrega incondicional en la noche o en el día, que es el encanto de los días, que es la alegría de la vida, que es el brindar cada día un pedazo de pan, una pequeña sonrisa o un gran consejo. Creo somos más pecadores nosotros los hombres que a ratos vamos desorientados por ahí, de mano en mano sin saber que es el querer. Con esto, puedo pasar de pecador para unos. Para mi simplemente, un admirador que habla con la verdad. La musa que le inspira en la vida cotidiana. Acéptenlo o no, no me interesa, por que lo he vivido y lo he sentido, la mujer es el milagro más hermoso de la creación.

Nosotros los machos tememos derretirnos en el amor, pues creemos perdemos el poder del amor. Bien, que se pierda por que los brazos cálidos de una mujer han sido los de una madre, de una empleada, de una enfermera, de una agente de la policía, de una vendedora, de una estrella, de una pintora, de una musa para los poetas, de un sentir para vivir. Ese es el encanto. La mujer que se desenvuelve en todas las esferas y no pierde su sazón, su decir o su manifestar que tanto ama la vida, que tanto nos quieren cada día. Que se arriesga y prefiere saber que va ahí, caminando a nuestro lado, como complemento o como guía, como apoyo o como la que da alimento a nuestro espíritu.

Pero también las he visto guerrear, competir o decir que el mundo hay que acabar. También las he visto maldecir al otro, desdecir de ellas mismas, criticarse fuertemente o opacarse por ideales. También vanagloriar que solo ellas pueden dar a la vida los hijos. Y nosotros qué – no quiero pasar por redimido – dónde quedamos. Hay que acordarse de que Dios nos ha creado hombres y mujeres, para que giremos en nuestra propia esfera, en nuestro compromiso de vida, en nuestro sortilegio de amor. Así que aquellas feminas que al inicio de éste párrafo se mencionan, creo están perdiendo el tiempo, están desequilibrando la balanza, están haciendo que luchemos en una guerra de géneros o en un simplemente jardín de cemento. Por que el poder no existe, lo hemos inventado nosotros mismos para no tener armonía, ni autonomía.

Y frente a ello, creo fielmente que la mujer es la armonía del espíritu, el equilibrio en el duro trajín del día; que bueno es llegar y saber que palabras cálidas te reciben, que un beso, un abrazo, un como te fue, te alientan para iniciar otra mañana, otra semana, otro mes, otro año y así, hasta el fin de los días. O cuando llegas al trabajo – en mi trabajo la mayoría son mujeres – ves una femina peinándose, poniéndose pondorosa, dando luz y fuerza para el día, queriendo decirle a todos aquellos a quien ella atiende, ¡ánimo, hoy es un buen día!. Así son ustedes las mujeres, un esplendor del día que a veces opacan el sol, o inundan el desierto, o se precian de recibir los más bellos escritos, canciones o miradas o regalos de amor sinceros, salidos o instados desde el corazón, que detienen el tráfico o que cuando caminan saben que alguien las mira, que instan al pensamiento de ilusos y soñadores, del ignorante o del loco, del cuerdo o del intelectual, del que cree es rey o del que se cree lacayo. Ustedes mujeres, mueven el mundo a su manera y nos dicen cada día que las queramos mucho, que las admiremos.

Eso es lo que causan, admiración y encanto en el esplendor de este mundo en que vivimos. Ustedes son el jardín de nuestros sueños, las flores de todos los colores y tamaños, que detienen cada instante a los hombres para decirles – sin necesidad de hablar – que podemos contar con ustedes por toda la eternidad. Eso despiertan ustedes en nosotros cada día. Y si algún hombre, desea refutar lo anterior, primero revise que sería de él viviendo en un país donde solo existieran hombres como al inicio de éste discurso. Creo hace mucho rato nos hubiéramos extinguido de la fas de la tierra.

y disculpen ustedes, por algunos hombres que no comprenden el compartir, que creen que todo lo pueden pedir, que solo dicen que ustedes nacieron para servir, que solo las utilizan como en un circo, para mostrarlas y regocijarse de sus encantos, que creen que con ustedes teniéndolas al lado pueden dominar el mundo, que desdicen y despotrican de sus cuerpos o los intentan transformar como muñecas de plástico o como objeto de consumo, o que creen que solo ustedes son recipientes del sexo, o excelentes para prostituirlas, o que son lavanderas, cocineras o simplemente, como escuche a un hombre en una cafetería, “las mujeres todas son rameras, pero que rameras tan buenas”, decía. U otro hombre decir que ustedes mujeres, solo sirven para la cama, o que son las que se prestan al juego de las necesidades del dinero. O que nunca podrán llegar a tener altos cargos por que no tienen adecuadamente el cerebro o por que son ignorantes. Me da pena con ustedes, pero es cierto, me incomoda que muchos de los de mi género pensemos así.

Me duele, claro que me duele, me duele el alma, también el cuerpo, por que el poco tiempo que he tenido en este hermoso planeta, he podido compartir con muchas, he podido sentirlas, alguna que otra ha permitido que la toque, las he escuchado hablar, las he sentido en su verdad, las he visto como reinas al caminar, las encuentro a todas bellas en su forma de ser, casi como estrellas que pueden mirarse, detenerlas y sentirlas.

Creo que ustedes ocupan un espacio muy bello en el corazón de muchos hombres que creemos en ustedes –esto no es una arenga - es solo un acontecer. Como lo ha hecho Milanés o Rodríguez en sus cantatas. Por que he aprendido de muchas, inmensidad de cosas, valga la redundancia, de mis abuelas, de mi madre, de mis profesoras de la escuela, de mis profesoras del colegio, de mis grandes guías en la universidad, de mis compañeras de trabajo, de mis amigas, de mis estudiantes, de las que caminan por ahí y chocan la mirada, de la señora que se sube a la buseta y se sienta en el puesto del lado y me cuenta la historia de sufrimiento, de dolor, pero a la vez sonríe y dice que Dios la ha cobijado con grandes cosas. De la señora de la revuelteria que le falta un diente, pero que no le importa por que lo único que dice es: “tome mijito esta bolsa de verduras para que se alimente bien”, y luego llega su príncipe y le da un beso apasionado no importando su figura o apariencia por que es que ella, se ha hecho querer. O de la mujer que tiene que renunciar a un querer por que el hombre no la desea más, por que como ignorante no ha visto que es lo que tiene, que su esposa o mujer también tiene derecho a cambiar, tiene derecho a envejecer, a decir y hablar, a trabajar o sentir. En este último caso, solo quiero decir, que a ratos ustedes, también lo hacen a uno aburrir – suena a defensa -. Y es duro saber que puede acabarse la compañía solo por el discutir, el no comprender al otro o simplemente por que según la sociedad, se ha vuelto fea y hay otras más buenas. Que feo suena, y ese es el lenguaje que hemos aprendido muchos de nosotros los hombres.

O también de la paciencia de la enfermera, cuando cuida calurosamente a sus pacientes, cuando les da una sonrisa de aliento, cuando les dice: “vamos, podemos hacerlo”. Cuando con sus manos suaves, coloca un apósito para limpiar una herida o para intentar que sus manos curen el dolor. Alguna vez estuve en un sitio donde me atendieron. Y vi una mano cálida, un “buenos días, como amanece usted hoy”, un aliento en mi interior, una voz que me decía, no hay de que preocuparse yo lo voy a cuidar hoy, que encanto, que sensación tan placentera, que agradable. Creo que mi rápida curación fue por que unas mujeres que me asistían tuvieron la suficiente capacidad de entender lo que quería y me brindaron su amor y entrega para una buena recuperación.

Quiero decirles que las he visto también desde otro extremo. Aquellas que creen que uno, quiere a toda hora hacerles daño, que viven prevenidas y acongojadas por sus dolores, que piensan que debemos tratarnos duros unos a otros, que creen que los hombres somos “burros” de carga, que debemos sostenerlas. Les pido disculpas, pero cuando me encuentro con una mujer así, lo único que puedo decir, es: “espero que le vaya muy bien hoy”, así sepa ya la respuesta: “y usted cree eso...”

Siento que las hemos aporriado tanto, que me es conveniente decir: “oye, hoy puedes vivir como mujer nuevamente”, y disfrutar de uno de nosotros que te pinte la luna de colores naranja, que se pueda sentar en una banca, en un atardecer maravilloso viendo pasar las garzas en un atardecer de arrebol. O que si deseas, puedes sentir el aroma cálido del viento que trae la montaña o la mar, o de las gracias que podemos darles cuando hacen su trabajo, o cuando son mamás, o cuando nos asisten en los dolores, o cuando tienen la suficiente fortaleza y paciencia para aceptarnos como somos.

O si quieres, ser alguien en la vida, solo basta que digas y sientas el amor te inunda, y verás llover muchos copos de algodón para que tu vida sea más tierna al caminar; y que también, podrás instar a los duendes o gnomos para que te dejen ver las mariposas volar en su inmensidad. Igual que Plaza y Arjona, las pintan a ustedes de colores y las llenan de dimensiones, las enaltecen y las cuidan hasta el punto de que un canto puedan reflejar su inmensidad para la humanidad. Qué sabios son ellos dos.

Otro aspecto al que me quiero referir es que en mi caminar, la mujer se ha convertido en el abanico de posibilidades para vivir. No solo se puede ver como un cuerpo, hay que acceder a sus ideas, a sus sueños, a sus expectativas y a su lenguaje. Y ella, toda ella, te puede enseñar los caminos del amor, desde la corporalidad hasta la espiritualidad. Voy a contar por que he llegado a esta premisa.

La mujer es sabia por naturaleza, bien por intelectualidad o conocimiento, o por intuición o emoción. Lo digo por que lo siento y presiento cada día. mi abuela es muy sabia, mi otra abuela es muy hábil. Las dos han tejido la historia de nuestra familia. Claro que los abuelos han tenido parte en el asunto, pero son ellas, matronas, las que han querido salgamos todos adelante. Y verlas a ellas, como ustedes pueden ver a sus abuelas, que tanto tienen y que tanto nos han enseñado. Ellas, han visto los cambios, la época de los azules y los rojos, hasta la violencia actual. El saber que tenían que tener la paciencia suficiente para criar muchos hijos. Y así y todo, los sacaron adelante. Quiero hacer una claridad. Ni soy machista ni feminista, no me interesa complicarme la vida para saber quien es mas fuerte que el otro. Y si soy reiterativo, la mujer es un fser creado para amar, ver, sentir, tocar, soñar, e idolatras, si no que lo digan los dioses romanos o de la Grecia.

También en el hoy, veo mujeres muy sabias que no se lamentan de nada, que a pesar de las circunstancias siguen pa’delante. Que luchan, que son emprendedoras, que a pesar de las circunstancias sociales, luchan por conseguir un hogar, por poner orden, por dar sentido a la vida de los suyos o de los allegados. Es cierto, la sociedad en que vivimos tiene dos esquemas, los que desean que la mujer sea una esclava del hombre, y los que la ridiculizan afanosamente para ganar adeptos a sus campañas de vida. Pero existe un tercer espacio, los soñadores como Yo, los admiradores de la belleza sea cual sea, de los que escribimos en las noches o en cualquier momento un verso, de los que cantamos alegorías al cielo para honrar la mujer como la musa para querer.

La sociedad actual tiene esquemas, lo sabemos pues es la orientación pedagógica la que nos lo indica. Pero quiero decirles que me incomoda abiertamente como hombre, que muchos otros, solo desean parafernar, fanfarronear, o conquistar sin sentir el amor. Por ello, encuentro en la calle, en la universidad, o en cualquier lugar, jóvenes con niños, o viudas, o divorciadas. Mujeres abandonadas por hombres que no entienden que la mujer es para habitar en el corazón y en la razón. Esa es la razón de vivir en la vida. Pero ahí siguen, luchando con entereza, y fuerza, guiando a los suyos o los ajenos, por el camino del amor y de la fe.

Esto es un elogio a usted mujer, canto de vida, canto de emoción desde el corazón, por que a veces siento, sufren mucho, pero también ganan mucho. El afecto es de ustedes y para ustedes. Nosotros los hombres, simplemente seríamos un punto opaco en la sociedad si ustedes no nos bajaran de los deseos de guerra o de las nubes de poder o de los síndromes de gloría que nos hemos estipulado para ganar. No es para reírse, pero el siguiente comentario es verdadero. Algunos de nosotros tenemos dificultades severas para combinar la ropa, para vestirnos bien, para planchar o lavar la ropa, para cocinar. Si ustedes no nos apoyaran en esto, muchos habríamos muerto de inanición, no s colocaríamos lo mismo del día anterior o simplemente seguiríamos siendo abandonados de nuestro cuerpo. Por que hasta en eso intervienen ustedes, nos obligan a hacer deporte, a vernos bellos para ustedes y a ordenar el hogar. Ahora si pueden reírse, gracias por estar.

Que lugar tan maravilloso ha pintado Dios en nuestra mente. Un paraíso con un complemento tierno. Que arquitecto ha sido Dios al crearnos al hombre y a la mujer en un mismo instante – perdóneme aquellos que tengan otra visión teológica – por que eso somos. Seres que podemos amarnos con intensidad, vivir cómodamente sin prejuicios, sin dolor. El hombre y la mujer viven el uno para el otro. Y ese otro, que en el hoy desde mi perspectiva como hombre le digo: usted es la flor del jardín de los pensamientos. El sendero que debe caminarse para poder llegar a un sitio especial, el corazón. El construir los sueños, el agua que baña las ideas de amor.

Que más puedo decir de ustedes, mujeres. De usted mujer que camina a mi lado, que corre, que vuela, que intenta dar más de sí, que lucha por hacerse entender, por defender sus derechos, por hacerse sentir. Que sabe que si no hay pan hoy mañana lo habrá., que si quiere algo lo puede pedir. Por que muchos son súbditos si lo desea. Por que muchos están aprendiendo, como Yo a entender que son la maravillosa creación, más que el mismo mundo con todo su esplendor y especies.

Para ir terminando, recuerdo que en algunos viajes que he hecho, me he preguntado varias veces, de dónde salen tantas estrellas que caminan por ahí, vestidas de colores como flores en el jardín de Dios, que ha creado para nosotros.

Y a veces he sido ciego o ignorante al no saber que son más mujeres que hombres en el mundo, que vale la pena sentirlas, que es bueno compartir sus ideas y construir los sueños para la humanidad. Que nos hacen falta, mucha falta, que a veces los miedos de hombre salen a flote y no nos dejan hablar, por que las amamos tanto, que alguien por ahí, se le ocurrió decir, que debemos amarlas por toda la eternidad.

Así como comienzo entonces termino. Borges me ha cobijado, benedetti me ha endulzado, Arjona ha cantado, Plaza ha soñado, Miguel Angelo las ha plasmado, Dios las ha creado... y yo simplemente las he amado, las amo, y las amaré hasta el fin de mis días...

Y creo que ningún hombre, podrá caminar solo, sin una compañía femenina al lado, por que son ustedes el paraíso encantado, ese que Dios nos ha dado...

Quisiera compartirles, para cerrar el discurso, de un libro de poemas que he escrito, llamado mujer, algo que me incita a escribir para redimir mis amores o enaltecer los sabores, y que en su introducción dice:

“Qué puede inspirar a un poeta. Miles y miles de cosas que caminan por ahí. Y en éste caminar, encuéntrase una luz, ella que irradia por si misma, ella que construye los deseos y los sueños, ella que expele el olor de las mieles de la vida. Esa es mi vida, la mujer como melodía de un querer de amante o experto sabedor de la vid.

Es ella la piel del día, el sol o la alegría, así de simple es la vida, de un caminante viendo en el mundo como Dios ha creado un ser maravilloso para la compañía. Y es la mujer en la vida.

Mujer, que caminas por ahí, diciendo que el querer es para querer, y vives soñando para ti, pues regálame un pedacito de ti, para poder soñar contigo”
Muchas gracias por estar aquí, ocupando un lugar en el mundo, en el corazón, en los pensamientos y en la razón de nosotros los hombres, en la historia, el presente y el futuro de la humanidad. Que Dios las guarde y abrigue en su amor, por siempre...

lunes, 7 de marzo de 2011

UN GRAN DIA. MARIA ISABEL LONDOÑO. PERROS DE TERAPIA


UN GRAN DIA...


María Isabel Londoño. Grupo perros de terapia Fundación Con-tacto. Manizales.


Es un día como algún otro en nuestra labor con nuestros peludos acompañantes, antes de iniciar las visitas, tenemos un momento para prepararnos, estoy con mi perro y mis compañeros dando una ronda por el lugar, llevando alegría a quienes nos encontramos a nuestro paso. Vamos despacio, escuchando a todo el que quiere acercarse a nosotros, otros un poco tímidos se dispersan y evitan encontrarse con estos visitantes tan peculiares.

El mundo de “afuera” sigue, así nosotros estemos en un tiempo sin prisa, donde no pasan los minutos, sin discriminaciones, ni juzgamientos, solo dejándonos llevar por nuestros perros, quienes saben perfectamente cuál es su labor.

De pronto, aparece la idea de visitar un lugar aislado, casi misterioso y desconocido para mí. Martina, mi perra Pug, siempre a mi lado, siguiendo mis caprichos, está deseosa por entrar conmigo allí, luego sin darnos cuenta, estamos adentro con la puerta cerrándose tras nosotros. Una madre y su hijo se encuentran en una cama, Martina y yo, sentadas junto a la puerta un poco dudosas de si el estar tan lejos de esta pareja nos permitiría compartir nuestras historias.

Mucho cuidado con mi perro, no puede pararse en el piso de aquel lugar, pues puede haber algunas cosas que contaminen su cuerpo y nos enfermen a ambas. La fiebre, inunda el lugar, una charla empieza mirando las orejas de Martina, su cola, sus patas, su hocico tan chato que no le vemos la nariz.

Constantemente hay personas observando por el vidrio de la puerta, para saber si estamos bien los cuatro. Nuestro pequeño amiguito observa a Martina desde su cama; sin moverse, se miran fijamente durante largo rato, diciéndose muchas cosas que los demás no podemos descifrar, pero que logran estabilizar un poco la condición del niño, mágicamente atraído por el delantal que llevo, atiborrado de imágenes de perros, de todas las razas y colores.

Entre charlas y risas transcurre la visita, el pequeño de dos años debe ser examinado cada tanto, debido a su altísima fiebre. La visita termina con muchas sonrisas y nostalgia, de pensar si lo volveremos a ver, o si otro destino le esperará muy pronto.

El sentimiento de angustia se hace presente, Martina ya está agotada y debo llevarla a tomar un poco de agua, un masaje le devuelve la energía y la libera de todo lo que ha sucedido en esta visita.

El logro de nuestra visita se ha cumplido, dar compañía y amor a las personas que nos reciben; aun quedan muchos lugares por visitar y muchos sentimientos por compartir. La enseñanza, disfrutar la vida tal cual es.

Al llegar a casa, otro masaje mientras limpio a Martina, un paseo al parque, y luego una comida que recupera nuestro cuerpo. Así comienza nuestra ansiosa espera de a dónde nos llevará “el gusanito” en nuestra próxima visita.

jueves, 3 de marzo de 2011

PASION: SACAR LO MEJOR DE MI PARA DARLE UN POCO A LOS DEMÁS Y RECIBIR UN MONTON. SEBASTIAN BENAVIDEZ


Pasión Sacar lo mejor de mi para darle un poco a los demás y recibir un monton

Sebastian Benavidez. Titiriclaun . Doremi


Hoy es uno de esos días soleados, uno de esos días en los que me encuentro en un parque, mis manos están un poco sudadas de ansiedad, el reloj marca poco a poco mas las 2 Pm, mis ojos empiezan a brillar de felicidad, mi sonrisa empieza a prolongarse un poco mas, es hora de dejar el cotidiano y simplemente volver a ser niño.Titiriclaun, un grupo de payasos de hospital, un grupo de héroes de nariz roja o un grupo de locos que permitieron que la vida les sonriera y que el alma se convirtiera en un carnaval de colores, un grupo de seres humanos!, clowns, los mas humanos de todos los humanos, un grupo de personas normales con algo el común la pasión de dar lo mejor de ellos para recibir lo mejor de todos los pacientes, un grupo o una familia que me salvo la vida, que me permitió ver el lado bueno de la vida, que me permitió salir del oscuro mundo de padecer de cáncer o que me permitió sacarle todas las cosas buenas a esa negra situacion y hoy ser uno de ellos. Siempre soñé desde mi cama de hospital ser como ellos, siempre eleve la mirada al cielo y las manos las chocaba fuertemente pidiendo algún dia poder sanarme y estar justo en el lugar que estaban ellos, ese sueño anhelado se cumplió, y la promesa de ser uno de ellos no quedo entre telarañas del sótano de mi alma, simplemente fue una realidad, soñar con los ojos abiertos durante mi estadía en el hospital seguramene fue lo que me hizo llegar hasta aqui, hoy 5 años después mis zapatos han cambiado un poco deje las antiguas pantuflas por unos coloridos zapatos de estrellas, deje mi pijama por una un poco mas alegre y las ganas de vivir y sonreír son el imborrable sentimiento que perdura en mi cuerpo. Es viernes!, Todos los viernes a la misma hora suena el ring ring de mi reloj, el dia es de otros colores, quizás un poco más armonioso, musical y alegre, Es viernes! Mi maleta se empieza a llenar de las cosas que amo! de “do re mi”, mi maestro,lo mejor de mi, mi esencia, mi ser, mi salvador, mi payaso ,mi más grande fortaleza, cuanto lo admiro, los ojos no son iguales, las ansias de llegar al hospital son grandes, los buses, la ciudad el cotidiano todo esta atrás!, es mejor ver el mundo tras una nariz de payaso!, las camillas son columpios, el cielo es de algodón de azúcar y los pacientes no son más que seres humanos como todos!, dispuestos a interactuar, a ser escuchados y sobre todo a jugar, Es hora de empezar a dar pinceladas de colores, alegría fiestas de playa en las habitaciones y guerras de burbujas y besos!, El dia culmina con gran satisfacción y una maleta llena de historias que contar, historias que me llenan el corazón de alegría a borbotones y la mente de felicidad, historias como la de “ don Javier” un amante al tango, pidió el tema la cumparsita al payaso do re mi, do re mi no la sabia tocar, y toco yellow Submarine nadaron en un mar de colores en medio de peces que bailaban al son de la musica, el payaso prometio regresar con la cumparsita en mente, “don javier” prometio esperar para escucharla, ocho días después “don Javier” no estaba en su habitación de siempre, la habitación estaba un poco mas gris, solo una noticia aguardaba para el payaso, “don javier”se había agravado el dia anterior y estaba reposando en cuidados intensivos, el payaso no desistio y llego hasta cuidados intensivos, con nomas extremas de bioseguridad ,debía cumplir su promesa, la cumparsita empezó a sonar en el pabellón las notas del violin en vivo empezaron a dibujar y marcar colores en el oscuro espacio del servicio, los ojos de “don Javier” se abrieron un poco seguramente por la seriedad de la promesa, en ese momento empezaron a salir lagrimas de felicidad de sus ojos y a deslizarse por su cara, al culminar el tango do re mi recibio el mejor apretón de manos de su vida y la mirada mas agradecida de toda su existecia, al final hubo una dosis de burbujas y un adiós.. dos horas después “don Javier” emprendio un viaje del que nunca regreso, se encontró con Gardel y seguramente escucho el tango de el mismo…Sebastian Benavides ( Do re mi ) Grupo titiriclaun

miércoles, 2 de marzo de 2011

Donde estamos?

Estamos ubicados en Manizales Colombia y la sede es en el Barrio La Francia , LA CASA DEL ENCANTO , carrera 17 # 1-35.
Nuestro equipo lo conforman:
Juan Carlos Salazar Jimenez, psicologo ( con especialidad en adicciones y oncologia), filosofo,guia canino y payaso ,quien es el director ejecutivo.
Adriana Sofia Gaviria , psicologa , payaso y guia canino , quien es la presidente de la junta directiva.
Francia Restrepo , medica fisiatra e investigadora.
Luz Mery Arboleda, medica epidemiologo.
Ana Cecilia Muñoz , Fisioterapeuta.
Maria Jose Salazar, medica veterinaria.
Veterinaria San Bernardo y Veterinaria Mascotas.
Intructor Canino Rodrigo Paniagua.
Y nuestros colaboradores que se estan formando y se formaron para apoyar y hacer posible nuestra labor.

COMO LO HACEMOS?

CONTACTO
Es un equipo de asistencia terapeutica (perro-hombre) que trabaja con habilidad y destreza en busqueda del mejoramiento de la calidad de vida del paciente o la persona privada de la libertad. Los perros trabajan dejandose querer , acariciar, y mimar, siempre acompañado por un profesional de la salud que guian su labor.
TITIRICLAUN
Es un grupo conformado por personas, desde adolecentes en formacion hasta profesionales, acompañados siempre por profesionales de la salud. Desarrollando su trabajo como payasos terapeuticos o comunitarios compartiendo con juegos, risas e imaginacion, invitandolos a reir, evocar, sonreir y percibir el mundo desde una realidad de segundos de compañia y accion teatral, que los ayuda a sentirse mejor.

Objeto de nuestra Fundacion Con-Tacto

Nuestro objeto en la fundación es ayudar al ser humano, la familia y la comunidad en el bienestar biológico, psicológico, social y cultural, con estrategias de proyección, promoción , prevención, intervención e investigación.

domingo, 27 de febrero de 2011

TREINTA SEGUNDOS... JUAN CARLOS SALAZAR JIMENEZ


30 SEGUNDOS



Juan Carlos Salazar Jiménez
Psicólogo. Filósofo



En el momento actual, caminamos más rápido, pensamos más rápido. Queremos que las cosas se realicen de manera vertiginosa. La velocidad nos incita a que todo lo que sucede a nuestro rededor sea apresurado por que quedamos cortos de tiempo. Siempre creemos que perdemos tiempo si las cosas van de manera lenta. Esta bien, todo debe ser de manera moderada, ni rápido ni lento.

La vida es un proceso que esta lleno de secuencias, fuimos un cigoto, con el transcurrir de los días, y a manera vertiginosa, el organismo se va formando. Dentro del vientre vamos desarrollando cada uno de los órganos que constituirán un cuerpo para volvernos nosotros. Nueve meses, y por unos segundos (30 segundos aproximadamente) cruzamos el túnel y estamos aquí, listos para caminar en la tierra.

En menos de 30 segundos un procedimiento técnico, limpieza fosas nasales y boca, para respirar el aire que nos rodea. También, en éste lapso de tiempo, cuando estamos en el pecho de la madre, sentimos el ritmo del corazón para sincronizar el de nosotros. Qué maravilla, podemos en treinta segundos o menos hacer tantas cosas…

Cuando estamos ya creciendo, volviéndonos niños (as) treinta segundos de televisión nos deja ver que esta pasando con el programa preferido. Lo mismo de adultos, en treinta segundos el héroe gana o pierde, se enamora, mete el gol, le hacen gol. Personajes que en ese corto tiempo hacen tantas cosas para entretenernos.

Bien, en treinta segundos puedo mirar a los ojos de mi madre y decirle lo que veo en el espejo de su alma, puedo darle un beso, una caricia, un abrazo, y hacerle sentir que la quiero mucho. Puedo disfrutar con mi padre de unas palabras, escucharle lo que tiene por decir, reírme con él, sentirlo y expresarle: gracias por ser mi papá.

Con mis hermanos, en treinta segundos podemos planear un camping en la cama de los papás y con las cobijas hacer la carpa para abrigarnos. Con mis hermanos puedo aprender a montar en bicicleta, patinar, sentirlos y decirles que también los quiero.

En treinta segundos puedo definir hacer algo positivo, querer sentir que el mundo es maravilloso. Por ejemplo, 30 segundos para ver correr el agua en un río, mirar el horizonte, sentir el ruido de las aves, mirar la luna o el sol, en fin, tantas cosas por hacer… O hacer un ejercicio de respiración profunda para que el cuerpo se calme y piense mejor.

Treinta segundos, es lo que toma el cuerpo para despedirse el día que debemos dejar la vida, dejar el cuerpo, en ése lapso de tiempo, la mente tiene treinta segundos para recordar todo aquello que ha sucedido en varios años de estar en la tierra. Por eso, creo que los treinta segundos finales deberían ser más, por que tantas cosas bellas se pueden hacer, que sería bueno recordarlas antes de partir.

Treinta segundos para ti papá, un abrazo y un beso. Treinta segundos mamá para decirte gracias por dejarme vivir, por hacer que pudiera conocer lo que sucede en la tierra. Treinta segundos para compartir una sonrisa con mi amigo (a), treinta segundos para darte la mano y decirte que puedes contar conmigo.

Tan corto el tiempo para decir que tantas cosas pueden pasar… y pasan los minutos, las horas y los días, semanas y hasta años, esperando que la vida me de la oportunidad de tener treinta segundos para decir: TE QUIERO….

REFLEXIONES DE UN MOMENTO DE MI VIDA


REFLEXIONES DE UN MOMENTO DE MI VIDA


ANA MARIA RINCON MUÑOZ. TITIRICLAUN



En algunas ocasiones me olvido de que la realidad de cada persona es diferente, y que por momentos creo que todos están viviendo color de rosa.


hace algunos años, cuando un grupo de payasos hospitalarios, me invitaron a una salida al centro de acopio de viveres de Manizales, empecé a conocer la realidad. Aquellos payasos se vestían y

organizaban para salir a regalar alegria, mientras yo con un puntico rojo pintado en la nariz y dos colas en el cabello, esperaba con ansiedad e incertidumbre lo que iba a pasar.


horas después en una caravana llena de alegría, éramos pocos los chiquitos, aunque estabamos dentro del grupo. la gente en la calle se asombraba y no sabía que pasaba. hasta que llegamos, y aquella miedosa y diferente realidad, se volvio una sola, se volvió una sola sonrisa. La gente sonreía, reía y simplemente gozaba de éste momento, el cual yo de algún modo era parte.


una señora me preguntó ¿y ustedes que están haciendo acá? y yo con un poco con desconocimiento respondí : sonriendo y haciéndola sonreir. ¿pero que tna capaz era yo de hacer sonreir a alguien?


la tarde pasó, y solo fué risa, alegría y unidad. ¿pero qué pasó? descubri que soy igual de humana a todas aquellas personas con las cuales comparti. Y que la capacidad de hacer sonreir no es otra que tratar al otro, como otro ser humano, como otro que ser humano como yo lo soy, regalando amor y alegria, algo que todos necesitamos y que no cuesta dinero para compartirlo.


No hay un estudio específico que enseñe a compartir, lo que enseña es la vida misma, y cuando lo hice, recibí más de lo que pude dar, dándome cuenta de que puedo compartir.

LA HISTORIA DE UN PRELUDIO A PAYASO


LA HISTORIA DE UN PRELUDIO A PAYASO


SEBASTIAN RODRIGUEZ. TITIRICLAUN.


La historia que voy a narrar, es impactante, aunque no el impactante que muchos conocen, en el que se lanzan bombas al aire, se estrellan carros entre sí o todo un ejército de un país, del que podemos saber mucho o poco, va a la guerra con otro país, el cual puede, que nunca en la vida lo hayamos oído nombrar o si. Todo empezó el viernes, veinte de agosto, los días eran soleados junto con una cálida corriente de aire que hacía saltar las cometas hacia el cielo, después de clase de siete am a doce pm, cuando salía con pensamientos de números en mi cabeza, me encontré con un compañero de TITIRICLAUN, Sergio Esteban, así se llama, le dije que si iba a asistir, ese mismo día, por la tarde, a labor hospitalaria, a lo que respondió diciendo que no podía, que tenía una clase toda la tarde y que iba a quedar muy triste, pero me dijo que fuera yo, que había alguien en el hospital que me necesitaba, que había alguien que necesitaba urgentemente un sonrisa dibujada en su rostro, una compañía, entonces, con esas palabras tan hermosas, no lo pensé dos veces, a las dos y media ya estaba llegando al hospital Santa Sofía. Cuando llegue, encontré a solo dos de mis compañeros, por lo general van más de cinco, ya estaban cambiados, con sus respectivos trajes, para efectuar su personaje con cabalidad, uno de ellos dos era, Juancho, el profe de TITIRI, el otro era, Iguiño, un payasito con un largo recorrido. Ya cambiados los tres, decidimos empezar el calentamiento con unas personas de oficina, estas personas atendían llamadas todo el día, dando citas, cancelándolas, yendo, viniendo, por lo tanto, su nivel de estrés era alto, entramos y todo se empezó a desenvolverse naturalmente y no hubo necesidad de pensar en acciones preconcebidas, pronto, las acciones inesperadas creaban otras inesperadas igual de buenas, auméntales a estas el factor sorpresa, es decir, las payasadas aislaron, por un momento de los papeles y los lapiceros, a los estresados oficinistas; trabajo cumplido. Ya un poco más calientes, no es que tuviéramos fiebre, lo que pasa es que, como en el futbol, hay que hacer un calentamiento físico antes de comenzar, para payasear, es necesario un calentamiento psicológico antes de empezar con las sonrisas, ahora bien, pasamos de las oficinas al ala izquierda del hospital y, por medio de acciones y conversaciones, sacamos unas cuantas sonrisas, en esta sección, los pocos niños que habían fueron los más beneficiados con nuestra labor, ya que, con esas hermosas sonrisas y esa alegría desbordante, acapararon toda nuestra atención, en especial a dos payasitos, una amiguita, Estrellita, que hace poco comenzó, pero ya lo está haciendo muy bien, y yo, Sonoro, que también llevo poco tiempo payaseando. Después de pasar convirtiendo las frías salas del hospital en lugares cálidos y bellos, pasamos a la parte principal del hospital Santa Sofía, el ala central. De acá voy a empezar a narrar por historias los diferentes momentos y escenarios para no alargar mucho la entrada y el calentamiento.

Juego para cuatro
Ingresamos charlando, jugando, bromeando, al ala principal, nos ofrecieron unos deliciosos bombones de chocolate, su precio era de quinientos pesos, yo lo pregunte, sin embargo, ninguno de los cuatro clauw tuvo que pagarlo, Juancho nos invito. después de tener el chocolate en forma de corazón y de rectángulo en nuestras manos, decidimos sentarnos y ver pasar la gene del hospital, si, sentarnos en el interior del hospital en cuatro sillas que miraban hacia la salida, tengamos en cuenta la sorpresa que se pueden dar las personas del personal y civiles cuando ven a cuatro payasos sonrientes saludando y comiendo deliciosos chocolates, creo que puede ser mucha la sorpresa, nuestras palabras eran simples preguntas, con un todo de gracia en su entonación, mientras masticábamos descaradamente:
¿Ya llego?
¿Ya seba?
¿pa honde va?
La reacción del personal y de los civiles entrantes y salientes fue de sorpresa, junto con leves risas ante el contraste del la situación con el entorno, nosotros continuamos comiendo y payaseando desde la comodidad de las sillas con deliciosos chocolates blancos y negros en forma de corazón y de rectangulitos.

Atreves de las salas y camillas
Durante este tramo, fue un poco mas terapéutica la asistencia, ya que las personas con las que entablábamos contacto eran de avanzada edad y de salud crítica, empezamos del lado derecho, al lado izquierdo, durante estos momento, yo, Sonoro, estaba junto a Juancho, aprendiendo como acercarme a las personas de una manera diferente, digo diferente porque cada payasito tiene su manera de ingresar a las habitaciones y charlar con los enfermos. Se nos pasaron los minutos, la hora, subiendo el ánimo y sacando sonrisas a los hospitalizados, cuando regresábamos de la esquina derecha, nos llamaron la atención a Juancho y, a mí, sonoro, no eran los médicos ni las enfermeras, era un hospitalizado de avanzada edad. Acá comienza otra historia.
El hombre huraño
Creo que las personas conocen el significado de un hombre huraño, que huye y se esconde de las gentes, pero este señor de avanzada edad, del que ya les había contado, que les llamo la atención a Juancho y a Sonoro, es más que eso, es el extremo. Bueno, todo empezó, cuando nos llamo y nos dijo:
-Me parece muy mal que ustedes, payasos que vienen a visitar a las personas, no me visiten a mí, me hayan pasado por alto, cuando estoy tan enfermo, cuando estoy que me muero; a mí me parece muy bien que ustedes vengan a visitar a las personas que están enfermas, pero, como ya les dije, me parece muy, pero muy mal hecho de que me allan ignorado de ese manera en que la hicieron, a demás, esos otros dos payasitos – se refería a Estrellita e Iguiño – también me ignoraron, como si no existiera. Sin embargo, no se sienta mal por lo que le estoy diciendo, yo soy muy sincero.
Juancho y yo nos quedamos estupefactos, era la primera vez para mí, tal vez no para Juancho, que un paciente nos llamaba la atención por indiferentes. Las palabras no se hicieron esperar, Juancho le dijo:
-Señor ya veníamos para acá, lo que pasa es que nosotros comenzamos en las esquinas y después terminamos en el centro, ya veníamos. – el señor respondió.
-No, no, no me digan eso, ustedes me estaban ignorando. A mí, durante toda mi vida, me ha pasado lo mismo, sino algo similar, las personas siempre tienden a ignorarme y a tratarme con indiferencia por ser tan honesto.
Me nos mal, a mi no me gustan los payasos, a mí lo que me gusta son los mimos – Sentencio. En ese momento, nos dimos cuenta que nos había dando la entrada para entablar conversación con él y, con esto, porque no, subirle el ánimo. Empezó Juancho diciendo:
-¿le gustan los mimos?
– Si – respondió el señor.
-¿Ya sabe que aplazaron el festival de teatro?
- no, no lo sabia
-sí, el gobierno, por causas de las pasadas elecciones presidenciales, no pudo mandar el dinero para patrocinar el festival de teatro, quedo para finales de año.
El señor nos siguió el hilo de la conversación, ya con esto, sabíamos que, era solo cuestión de tiempo, para que el señor bajara la guardia y mostrara una sonrisa y, con esto, demostrarle, que no somos tan indiferentes como el creí. Todo iba por buen camino, cuando el señor, en una urgencia por contar situaciones pasadas, se empezó a vaciar de historias de su rebelde vida, no parece ningún problema, a los payasos hospitalarios les encante escuchar historias, pero historias que nos puedan mostrar la humildad, inteligencia, el amor o la sabiduría de las personas, porque, siendo al contrario, sentiríamos una enorme necesidad de ayudarlos alegrarse con consejos que los llenen de paz, las historias, como venia contando, eran solo de una persona urania, para él, todo era malo, todo era una mentira, todo estaba mal hecho, impactante, si tenemos en cuenta, que estos pensamientos son de una persona de casi setenta años, nos estaría diciendo que todavía le falta mucho por aprender, pero, no parecía así, porque según él, siempre tenía la razón, no importa como terminaran las historias, el yéndose furioso de la casa, del trabajo, de cualquier sitio, insultado a una amiga, a su compañera, el siempre llevaba la razón, en esos momentos, yo pensé que: si Dios existe, lo más seguro es que este señor lo contradiga, lo cual me pareció algo que teníamos que evitar a toda costa, aunque no pudiendo corregir esa manera de refutar todo cuando veía, Dios lo perdonaría, porque, a pesar de su intransigencia, el era una buena persona, muy honrada sobre todo. El señor, al que estábamos aguantado con paciencia, que solo tienen los payasos hospitalarios, no había recibido ni una visita, desde el tiempo en el que estaba hospitalizado, ya sabíamos las razones, como paliaba con sus jefes, sus amigos y hasta con personas desconocidas, también paliaba con su familia, grave error, si comprendemos que la familia es lo más valioso que tiene cada persona. Después de sus historias, nos dimos cuenta por sus conversaciones, que el señor le gustaba la lectura, por las casualidades de la vida, dio con Juancho, personaje que en la vida real se llama Juan Carlos y es un excelente psicólogo, y con sonoro, un activo estudiante de ingeniería al que le encanta leer y escribir como lo están pudiendo comprobar los lectores, entonces, nos pusimos los tres hablar de lectura, pero sin payasadas, esta vez sí fue seria las conversación, hablamos de cuento libro se nos pasaba por la cabeza, hasta recite un poema inédito de Jorge Luis Borges que me había aprendido después de la compre de un hermoso libro llamada traiciones de la memoria, cada libro del que hablábamos, sacábamos un mensaje, el cual, de una manera indirecta, pudiera corregir, aunque fuera solo un poco, los problemas que, de una u otra manera, el señor de avanzada edad, había hecho notar. Su tristeza era notoria, por esa razón, estuvimos más de una hora acompañándole, no les miento, para mí fue muy difícil, la desesperación me invadía a ratos, pero con él apoya de Juancho, pudimos concluir muy bien la actividad. El último momento, con el señor de avanzada edad, se los describo así, cuando, ya estábamos de salida, el hombre huraño, termino sentado con los ojos encharcados y pensativo, las enfermeras nos dijeron – que pesar, porque lo hicieron llorar – a lo que Juancho respondió – Nosotros no los hicimos llorar, solo lo escuchamos.
Esta es la historia, del orgullo opacado, por la bondad, la paciencia y la alegría, de un par de payasos.

lunes, 21 de febrero de 2011

LOS PAYASOS Y LOS PACIENTES


LOS PAYASOS Y LOS PACIENTES...

Juan Carlos Salazar Jiménez

Psicólogo

Integrante Grupo Titiriclaun.

Manizales.

La risa produce en los seres humanos un efecto inmediato: reacción estimulatoria cerebral y corporal, evocación de recuerdos y necesidad de proyectar emociones.

Un evocador natural es el payaso, figura utilizada desde millares de años por el humano para intervenir diferentes aspectos en la cotidianidad de las personas. La vestimenta, los objetos, la diversidad de alternativas y recursos mentales, la actividad teatral y su herramienta inefable, la nariz, hacen que el mundo cambie para estar mejor.

Su intervención en diferentes espacios sociales ha sido utilizado por que entretiene y genera diversidad de emociones. Dentro del ámbito hospitalario, sus recursos técnicos permiten que los pacientes dejen aun lado los sentimientos tristes y de dolor, por sensaciones de sorpresa, recuerdos de infancia, motivación y estímulos directos en el sistema inmunológico.

El ambiente hospitalario esta cargado de emociones, sensaciones, dolores, esperanzas, desesperanzas, fatigas, angustias, depresiones, órdenes, temores, indicaciones entre otros aspectos, sin embargo, a pesar del avance en la comprensión de los estados del ánimo del paciente, de la acción directa en la búsqueda del bienestar del mismo, siempre hay elementos que quedan cortos como es la particularización del enfermo, la individualización de la persona como tal, el acompañamiento por el conglomerado familiar, y aún más, la permisividad de estrategias que coadyuven al mejoramiento en el sentir del estado emocional del paciente.

La técnica que realiza el payaso que interviene en el ambiente hospitalario, se usa hace muchos años en diferentes partes del mundo, con avances significativos en la calidad de vida de las personas, bien para encontrar un mejoramiento o bien un acompañamiento directo que estimula la persona en todas sus dimensiones. Es la teoría contraria a la rigidez, es la apertura al conocimiento mediante distintas disciplinas como coadyuvantes a la ciencia médica, es la aplicación de la acción afectiva en la interrelación de los humanos, es la evocación de la risa como un elemento que implica miles de recursos corporales y sociales, es la disminución de temores de sentir y percibir, es mostrar la realidad de una manera agradable y menos ansiosa como es la vida dentro de una institución hospitalaria, es disfrutar de los instantes a pesar del dolor, es simplemente un acto de amor...

El payaso y el paciente, una interrelación directa que provoca ser analizada y comprendida por los más eruditos y hasta las personas del común, ¿qué pasa en ese momento?, ¿qué se mueve dentro de la mente de un ser que está recibiendo tratamiento y una persona que llega vestida de colores y con una nariz roja como argumento para modificar el entorno?.

La mente humana es tan poderosa como lo son las estrategias que utiliza para calmar y hacer comprender la realidad. La risa devela el misterio, solo produce una respuesta: movimiento corporal y sentimientos de felicidad. Eso hace el estratégico payaso, instantes de felicidad que no deben ser olvidados y que rompen con la rigidez estructural de la acción curativa de los pacientes.

Los pacientes son seres que habitan un lugar prestado, un colchón que ha sido utilizada por otros, un servicio a la cama que lleva cócteles de medicamentos, un disponer las manos para que las agujas penetren y dejen fluir lo ordenado por un profesional. Los pacientes son seres a los que se les aplican novedad de medicamentos como recursos para seguir viviendo, y otras muchas cosas más que puede decirse de los huéspedes hospitalarios.

Los payasos son seres sonrientes, llenos de colores, respetuosos de la vida y del dolor, analíticos de las situaciones, provocadores de reacciones y respuestas, recursivos para servir y hacer reír. Dentro del hospital su intención es modificar, eso es romper con la cotidianidad rutinaria de los días y las noches, de las vivencias de los dolientes.

Ahora, hay pacientes con distintas condiciones. No es lo mismo trabajar con niños que con adolescentes, cada uno tiene su propio principio evolutivo. Veamos, un niño disfruta solo con el hecho de que le hagan una mueca, le muestren un objeto, le “payaseen”. El niño deja a la libertad de la imaginación soñar lo que el payaso le muestra. Se hunde en las profundidades de la curiosidad. Desea saber el cómo y el por qué quien está al frente lo conoce y solo con un movimiento u objeto le hace reír. No hay interrogantes, hay libertad en el accionar y en la respuesta. El payaso al niño hospitalizado le permite soñar que esta en otro lugar, le inventa escenas, le saca de esa realidad dolosa y lo lleva a olvidar momentáneamente lo que esta vivenciando, le indica que el hospital puede convertirse también en un sitio de juego, en un lugar en que puede seguir riendo y le muestra otra manera para que se ayude a sí mismo a mejorar tanto físicamente como psicológicamente.

El payaso y el niño se funden en un placentero estar, en un disfrute y en un momento de felicidad. No importa que sea corto el compartir, importa lo que generó y la expectativa, de que siempre llegará ese alguien vestido de color y de nariz roja a hacerle sentir bien...

Con el adolescente la cosa cambia, la prevención ante todo, el prejuicio de la edad como elemento de protección natural. La acción del ridículo y de la prevención de qué me harán, de por qué a mi, del Yo ya no soy un niño, del déjeme tranquilo, vaya entretenga a otro a mi no. El adolescente es difícil de por sí debido a sus cambios estructurales (físicos, psicológicos y sociales), aún más, se complejiza el asunto cuando agrega a ello, la enfermedad.

Cuando el payaso ingresa a la habitación pretende que haya un cambio inmediato, que es lo que pasa con un niño. Sin embargo, con el adolescente la táctica cambia, solo ingresa y ve el terreno, solo espera una respuesta afirmativa del si puede o no desarrollar su actividad. Con el adolescente no se sabe que respuesta da, por eso, debe desarrollar su capacidad de improvisar, crear cosas nuevas y recurrir a todos los objetos, las “cosas” que ve dentro de la habitación. Hay que desdibujar la mente prevenida del adolescente, hay que desestructurar la razón y llevarlo a la emoción, al instante placentero que puede tener con solo mover su comisura labial. Eso es, no requiere que se mueva, solo basta “mostrar los dientes agradablemente”.

El adolescente es analizado en el instante, y ese resultado da pie para construir el sueño que el quiere. Esa es la forma, una de tantas que puede haber en los juegos teatrales. El juego es tú a tú, persona a persona, payaso a paciente. sin ridiculizar, sin complejizar ni poner a pensar demasiado. Solo basta provocar. Se Evita que racionalice, hay un respeto total y acción por ejecutar...

La experiencia anterior, con niños y adolescentes, la vivenciaron los integrantes del grupo titiriclaun en un hospital infantil, logrando poner color y sentido de afecto a los pacientes, al personal asistencial y administrativo, a los familiares y a los visitantes. El aporte a la ciencia es uno, pueden compartirse actividades de este tipo en la institución hospitalaria, el bienestar que se logra por parte de ambas partes es importante, por que siempre se demuestra que debe haber motivadores para mejorar la calidad de vida de la persona. Esta conclusión es tan simple como reír...

Ahora, otro elemento dentro de la estructura del payaso y el paciente, el trabajo con el paciente adulto y el adulto mayor dentro de una institución hospitalaria.

El adulto es una persona que tiene de por si varios factores a su haber, trabajo, vivienda, un espacio familiar, un orden de ideas para laborar o realizar otro tipo de actividades, una respuesta analítica y consciente de lo que sucede en el mundo, una perspectiva ya de experiencia para enfrentar las diferentes circunstancias de la vida. Sin embargo, cuando esta enfermo y resguardado en un sitio como es el de la habitación hospitalaria, inunda la soledad, surge desde lo profundo del ser la sensación de abandono y vacío, aparece la contradicción de las restricciones de la visita, la esperanza de que pronto vendrán, contarán cosas que suceden con otros miembros de la familia y con el discurrir del hogar. Un adulto enfermo cambia de inmediato el temperamento, se torna prevenido, pide explicaciones en el que hacer, esta atento a las indicaciones y siempre esta a la expectativa de la indicación de salida o de realmente que es lo que sucede dentro del cuerpo.

Los días van pasando y las emociones se encuentran más. los pequeños resabios que se tienen no son tenidos en cuenta, lo que uno quiere ya no se puede hacer, todo debe esperar que se lo hagan, y siempre la atención se va volviendo molesta por que la interrupción del sueño o la conciliación para pensar en si mismo se vuelve pública. El adulto entiende que todos hablan de él y su enfermedad y solo se habla de si esta bien o si esta mal.

Cuando el payaso ingresa a la sala del hospital ve adultos expectantes, esperando no se rían de ellos o les molesten la vida. No esperan un payaso solo esperan la figura del médico que indique orden de salida. A veces se siente molestia por no querer pasar “penas” ante los demás. El payaso mide el dolor de la habitación, calcula la acción y ve las limitantes tanto físicas como mentales de la persona. Inicia buscando la manera de interrelacionarse entre adultos, teniendo en cuenta la capacidad de respuesta. Cuando hay risa el trabajo continúa, explorando emociones y sentimientos, preguntando algunos detalles de importancia y subiendo poco a poco las emociones, hasta provocar completa confianza.

El payaso se desliza entonces fácilmente por las aventuras que de niños vivieron y deja que el otro, ese pacientes disfrute del momento, hable, cante, ría, invente, explore y disfrute de la compañía. Todo sirve, la sandalia se vuelve un juguete, el pocillo, el teléfono, la cama, los instrumentos que portan líquidos, en fin, la imaginación revive el instante y provoca sensación de agrado. El paciente adulto se siente bien solo con la compañía, con la ruptura del blanco y con el devenir de las palabras chistosas o las pequeñas travesuras. Y se vuelve niño, haciendo que sus familiares también se dejen llevar por la tranquilidad en que se encuentra. Aquí, el payaso es un instrumento de descarga emocional, consciente de su función permite que le ridiculicen, le burlen y reciba todas las emociones encontradas que proyecta el paciente.

Un payaso y un adulto son dos grandes amigos riendo, disfrutando de lo que hay y permitiendo sentir la capacidad de respirar profundo, estar mejor y jugar sin restricciones...

Pero también, hay pacientes adultos que no quieren nada, que le temen a los payasos o estos le recuerdan grandes temores. Restringen su emociones, ponen obstáculos y limitan el trabajo. Sienten que se van a reír de ellos en su cara, que van a abusar de la confianza y lo peor, los ridiculizarán. Aquí, la sabiduría y el arte del payaso detiene ese momento, solo ingresa, saludo, da apoyo verbal y dice hasta luego... no forza reír, solo provoca la sensación que siempre atento estará cuando lo necesiten. De inmediato se relaja, respira profundo, descansa y se despide. La función se cumplió, el payaso permitió la ruptura y generó el efecto deseado... poner a pensar a la persona...

El trabajo con adultos se vuelve difícil cuando las palabras no salen, cuando los recursos técnicos actorales y mentales se bloquean por el dolor que producen verlos allí recluidos. Por que en los adultos las enfermedades son más graves, más profundas y las sensaciones de dolor son más melancólicas... pero también se vuelve fácil cuando existe la conexión de la mirada entre ambos (payaso – paciente), se disfruta cuando se permite liberar la alegría y que ambos puedan sentirse feliz.

El payaso y el paciente adulto mayor. Estos casi no desean moverse de su lugar. Desean estar quietos para evitar más dolor, poco participan y solo están absortos, con miedo de que les digan que es su momento o que la enfermedad que llevan consigo sea fatal. Están ahí, ansiando estar con sus familiares, esperando que lleguen, sus ojos pesan por que casi no pueden dormir, antes tenían trastornos de sueño ahora hospitalizados peor. Siempre hay condiciones especiales para entrar, pregunta el payaso al personal, por que algunos de ellos están atados a respiradores, otros están semiconscientes, otros están esperando que alguien les visite y otros están llenos de mal genio esperando que entre cualquiera para descargar esa emoción.

El payaso y el adulto mayor tienen una interrelación especial, no hay que hablar tanto pero si hay que utilizar objetos que les permitan evocar sus emociones y sensaciones en la vida. Una balero, un trompo, un yoyo. Una canción en armónica, un sonido de caja musical, un gesto o un aquí estoy, alegran la vida. Casi ni ríen pero sienten que están acompañados por muchos y que son también tenidos en cuenta.

El recurso técnico del payaso es proyectarse mentalmente a su propia vejez, y ver como quisiera ser tratado, así permite que el otro disfrute. Solo basta un toque en la mano o una pequeña caricia para que los ojos expresen tranquilidad. Aún cuando están inconscientes el payaso actúa, emite sonidos e interpreta bellas melodías por que sabe que en fondo de la mente de ese ser, aún escucha y espera descansar...

El trabajo del payaso en un hospital de adultos y adultos mayores se vuelve más complejo, más elaborado pero a la vez más permisivo por que inunda la libertad y la sensación de reír intensamente. Esa ha sido la experiencia del grupo titiriclaun en una institución con estas características.

Ser payaso es difícil cuando no se es payaso. Ser feliz es difícil cuando solo se piensa en lo que va a suceder si se hace algo. Estar contento solo depende de sí mismo y de la tranquilidad que haya en las emociones y en la vida de la persona. Así es la acción terapéutica de los payasos, permitir que el Otro vaya diluyendo sus sentimientos de dolor y los descomponga completamente hasta convertirlos en argumentos de tranquilidad.

Trabajar en una institución hospitalaria ha permitido volar la imaginación, convertir los objetos, sacar el dolor por las ventanas, hacer reír hasta el más serio o ponerlo simplemente a pensar. Bailar, cantar, aprender, disfrutar, romper la rutina, mostrar que la enfermedad le tiene miedo a la risa, y que gozar no requiere de muchos artilugios, solo basta estar atento para que cuando entre a la habitación un titiriclaun con nariz roja... la risa inunde el corazón... se vuelvan más amigos y griten de emoción...

LA SONRISA DE ALEJO


LA SONRISA DE ALEJO…

Juan Carlos Salazar Jiménez. Psi.

.

Son las 9:00 AM, la unidad de oncología pediátrica esta ocupada por un solo habitante. Ha llegado a las 7:00 AM. Lo han traído temprano por que su papá, tuvo turno en la noche, debe ir a dormir para volver nuevamente a trasnochar. Es un hombre que cuida la ciudad y los ciudadanos, su oficio, policía.

El televisor resuena con un programa infantil, y tonadas vienen y van repitiendo las canciones que enseñan. Alejo, un pequeño de 4 años esta sentado en la silla reclinable, esperando que la enfermera le pase el medicamento quimioterápico correspondiente. Solo, a veces en la vida, hay pequeños que por diversas circunstancias deben aprender a estar solos. Este es el caso del personaje en mención. Pero nada le detiene, ha aprendido paulatinamente que debe soportar el dolor cuando intentan canalizar la vena, entiende que a veces su papá le puede acompañar y otras no. Ha comprendido que lo que tiene puede en algún momento volver a reincidir. Ha sentido que el amor y la risa son fuentes de inspiración para vivir.

Van llegando uno a uno, los demás habitantes del sitio. Otros niños y niñas que tienen cáncer, enfermedad que corroe la mente y estigmatiza el concepto de muerte. A veces, nuestras marcas determinan quien si y quien no, quien puede vivir y quien debe morir. Alejo ha aprendido que esta dispuesto a vivir y sentir, soñar y reír… por que eso hace cuando espera pacientemente que le digan, ya has terminado, vamos a esperar que vengan por ti, para que regreses de nuevo a casa…

Su historia tiene infinidad de sucesos, ha vivido más situaciones en la vida que muchos ciudadanos colombianos. Ha pasado desde la separación total de la familia, hasta no saber dónde y con quien va a vivir… y ahora, lo último, saber que tiene una enfermedad que para muchos es muerte en vida… y para otros, pocos quizás, es aprender a vivir y construir una nueva vida. Alejo, tiene según el médico oncólogo muchas posibilidades… de hecho, ya está en los últimos ciclos de medicamentos, pronto pasará a mantenimiento…

Quien es Alejo. Un cabeza rapada y brillante de 4 años, con dientes de leche perfectos… una sonrisa esplendorosa y una voz intensa que hace que el mundo vibre a sus pies… canta la rana y rin rin renacuajo… los pollitos y la mariposa que entra a la cocina y pide comida… No estudiaba, esta lejos de su padre y vivía en unas condiciones un poco difíciles, tal como lo hacen miles de niños (as) colombianos. Entre bambalinas y telones mostrando la realidad de este conmocionado país.

Solo la televisión lo detiene a mirar. Muy intensamente mira los dibujos animados que expresan poder, se sabe los nombres de los programas y canta a voz abierta que su papá… lo quiere mucho. Pero Alejo esta ahí, deduciendo lentamente su vida, esperando una esperanza que detenida está. Viendo que otros pueden estar acompañados con sus padres… a él, no, le tocó diferente pero él sabe que todos somos diferentes… a ratos es difícil comprender que el cáncer madura rápidamente a las personas, les hace crecer mentalmente más, y ven la vida con otros ojos… la visión de la vida en toda su dimensión. Por eso disfruta de un tarro de galletas como de una tambora al sonar. Pero lo que más disfruta es cuando un ser de cuatro patas, se acuesta al lado para hacerle compañía.

Si Alejo esta esperando ansiosamente que lleguen los perros de terapia ha acompañarle un rato, ha hacerle sentir cosa bellas: una caricia, un lenguetazo, un meneo de cola y una mirada tierna y fija.

Por qué no han llegado los perros pregunta. Repuesta, están próximos a llegar. Es que los están bañando muy bien, para que puedan estar aquí. Se están demorando… ya van a llegar…

Sus ojos entre el televisor y la puerta no dejan de moverse. No deja de estar ansioso por saber, cuál raza y que perro es el que le va a visitar. Todo es sorpresa… es mejor así, la vida debe estar llena de sorpresas y emociones, a veces cuando uno le advierten, la emoción de la vida cambia, y el suceso se vuelve frío. El sonido del timbre replica en la unidad… Alejo Grita… llegaron… llegaron… están aquí…

Es cierto. Han ingresado ya a la unidad. Cargados los traen para que no tengan contacto en ningún otro lugar por el momento… por que las condiciones de bioseguridad y las indicaciones de epidemiología lo exigen para esta actividad. Dos perros, un Welch Terrier por nombre Mizu y otra, la que impuso el trabajo, la experimentada de la acción, Ronna una Beagle que sabe que es lo que tiene que hacer… mimar a los niños y dejarse acariciar.

Buenos días… saludan las guías… buenos días, gritan los niños, habitantes ocasionales del lugar. Alejo con tono de hombre grande, grita más: Acuéstamela aquí, yo la quiero tocar… dicho y hecho, Adriana la guía empieza con Mizu, pero como es terrier, un poco inquieta de por sí, y claro apenas aprendiendo su quehacer… saca la lengua, menea la cola y como un juguete de cuerda se mueve lentamente sin causar problema alguno. Pero Alejo, dice le da susto, no le tiene confianza, esta sorprendido por que nunca había visto un perro que no se le cayera el pelo, duro y que cubría los ojos del animal. Es de pelo liso, le explican, y no hay problema por que nada te va a pasar.

Pero no… Alejo esta inquieto, y es el momento para Ronna, para super Ronna como la llaman los niños del lugar. Listo, un beso en la nariz, disimulando un lenguetazo inicial. Una mirada fija, un contacto visual y un entendimiento que hay que acompañar… mientras la quimioterapia se introduce por las venas y la aparente sensación de malestar se esconde por que le tiene miedo a los perros, entonces, Alejo se olvida de todo lo molesto y se pone a cantar… los pollitos dicen pio pio pio… cuando tienen hambre… y Ronna sorprendida por el canto, le busca para darle un beso en la mano. Risas y gritos de emoción… eso merece otra canción… la cucaracha ya no puede caminar… por que le falta algo para andar… y Ronna vuelve y hace lo mismo. Parece aplaudir de emoción, que alguien de cuatro años le dedique una canción…

Pero Alejo se reciente un poco. Hay cansancio e impresión, la quimioterapia ha acabado y ahora, líquidos por unas buenas horas más… pero eso no importa… acomódenmela bien… aquí a mi lado… para que me haga compañía dice…

Adriana, fielmente a seguir las indicaciones del niño y el perro, entiende el mensaje, Ronna sutilmente descansa entre las piernas del niño y el brazo de la silla. Está ahí, sintiendo como una mano suave le acaricia el lomo, como le toca las orejas y como la hace descansar… efecto perruno… ambos están relajados y ya poco se habla… Alejo ha empezado a dormitar.

Ronna y Alejo…una pareja sin par. Dormilones los dos están esperando que la vida les pueda dar mucho más. Para la primera, la sensación de llegar al hospital a laborar, vestida con chaleco especial y con ganas de hacer entender, que en el lenguaje y la comunicación, es mejor no preguntar: qué tienes o por que estas aquí, cuántos ciclos te faltan o cómo vas. Cómo esta el niño y si se va a curar… hemos visto que para Ronna es muy importante acompañar a alguien que lo necesita, aún más, en éste lugar. Y para Alejo, la emoción del día, le ha permitido sentirse bien, dejando a un lado los dolores y los miedos al estar sentado esperando que tengan que volverle a canalizar las venas… esta tranquilo, por que sabe que Ronna, la perra que a su lado está, lo esta cuidando de que nada le vaya a pasar…

Para finalizar… una canción bien bella, un beso de despedida, lenguetazo obligado y una frase que dice: “me quiere mucho, me ha dado un beso…”, y Adriana se retira con Mizu y Ronna, que ya han trabajado un buen rato… tres horas en una unidad de oncología pediátrica, siendo coadyuvantes al bienestar de los pacientes… bueno…hasta el viernes dentro de ocho días… vamos a ver quien vendrá…