REFLEXIONES DE UN MOMENTO DE MI VIDA
ANA MARIA RINCON MUÑOZ. TITIRICLAUN
En algunas ocasiones me olvido de que la realidad de cada persona es diferente, y que por momentos creo que todos están viviendo color de rosa.
hace algunos años, cuando un grupo de payasos hospitalarios, me invitaron a una salida al centro de acopio de viveres de Manizales, empecé a conocer la realidad. Aquellos payasos se vestían y
organizaban para salir a regalar alegria, mientras yo con un puntico rojo pintado en la nariz y dos colas en el cabello, esperaba con ansiedad e incertidumbre lo que iba a pasar.
horas después en una caravana llena de alegría, éramos pocos los chiquitos, aunque estabamos dentro del grupo. la gente en la calle se asombraba y no sabía que pasaba. hasta que llegamos, y aquella miedosa y diferente realidad, se volvio una sola, se volvió una sola sonrisa. La gente sonreía, reía y simplemente gozaba de éste momento, el cual yo de algún modo era parte.
una señora me preguntó ¿y ustedes que están haciendo acá? y yo con un poco con desconocimiento respondí : sonriendo y haciéndola sonreir. ¿pero que tna capaz era yo de hacer sonreir a alguien?
la tarde pasó, y solo fué risa, alegría y unidad. ¿pero qué pasó? descubri que soy igual de humana a todas aquellas personas con las cuales comparti. Y que la capacidad de hacer sonreir no es otra que tratar al otro, como otro ser humano, como otro que ser humano como yo lo soy, regalando amor y alegria, algo que todos necesitamos y que no cuesta dinero para compartirlo.
No hay un estudio específico que enseñe a compartir, lo que enseña es la vida misma, y cuando lo hice, recibí más de lo que pude dar, dándome cuenta de que puedo compartir.
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